sábado, 31 de marzo de 2012

NIÑOS CON DEFICIENCIA VISUAL EN EL AULA

Después de explicaros que es la deficiencia visual y los diferentes grados y formas os queremos dar algunos pequeños consejos que esperamos que tengáis en cuenta en vuestra práctica docente si os encontráis con un alumno con deficiencia visual grave.


Las características del aula que habitualmente son necesarias para la atención a las personas con deficiencias visuales son:

 -Un espacio donde desarrollarse. 

-La garantía de que el alumno/a será informado de los cambios introducidos en la organización espacial por pequeños que estos sean. 

-La adaptación del material a sus necesidades. 

-El sustento técnico que requiera el programa del aula.

Otro elemento muy importante en el proceso educativo es la relación que establece el alumno/a con el profesorado, así como el resto de compañeros del grupo. Por lo que también os vamos a dar unos consejos sobre cómo debe el docente dirigirse a su alumno con deficiencia visual grave:

-El adulto debe evitar el miedo a relacionarse con el deficiente visual a través de una correcta información.

-Usar las palabras del vocabulario habitual que tienen referencia con la visión de forma natural y cuando la situación lo requiera. (Mira esto,...) 

-Cuando nos presentamos identificarnos de forma inequívoca o bien dar opción a que ella nos pregunte. 

-Al dirigirnos a una persona deficiente visual lo haremos de manera que esté segura de que nos dirigimos a ella y hacerle notar el final de la conversación para que no se quede hablando sola. 

-No dejar de utilizar gestos y expresiones que se usan habitualmente. 

-No dejarse llevar por la dinámica de la persona con ceguera, y por compasión o paternalismo dejar que sea ella la que marque siempre las pautas.

-Motivarlo para que use la visión, ayudarle a vivir con su deficiencia, enseñarle lo que los demás ven, centrar al alumno con respecto al objeto que desea ver y tener en cuenta que siempre será más lento al realizar las tareas, especialmente la escritura y la lectura comprensiva.

Y por último os dejamos un vídeo que cuenta la experiencia de una niña con deficiencia visual con el objetivo de decirle al mundo que no es una persona discapacitada y que puede hacer muchas cosas como los demás. "Yo no podré ver nunca, pero puedo hacer las mismas cosas que los demás utilizando otros métodos".

jueves, 29 de marzo de 2012

Niños con deficiencia visual

Hoy queremos realizar esta entrada para informaros sobre la deficiencia visual ya que es importante tener una serie de conocimientos para poder tratar con esta serie de niños. Para ello hablaremos de la definición de deficiencia visual, los grados y formas en la pérdida de la vista y del alfabeto en Braille.


¿Qué es la deficiencia visual?

El concepto de deficiencia visual hace referencia tanto a la ceguera propiamente dicha como a otras afecciones de la vista que no llegan a ella. La ceguera es la pérdida de la percepción visual medida a través del campo y de la agudeza visual, con el mejor ojo no se sobrepasa el 1/10 de agudeza visual o no se conserva en ninguno de los dos el 1/20 de la visión normal. La ambliopía es la deficiencia visual de aquellas personas que mantienen un resto visual por debajo de los criterios anteriores. Dentro de la ambliopía hay que diferenciar las personas que han adquirido la deficiencia tardíamente (cuentan con experiencia sensorial) de aquellas que son amblíopes de nacimiento.


Grados y formas en la pérdida de la vista:
En cuanto a los grados y formas en la pérdida de la vista, podemos hablar de:


Ciego. Niños que tienen sólo percepción de luz sin proyección, o aquellos que carecen totalmente de visión. Desde el punto de vista educacional el niño ciego es el que aprende mediante el sistema Braille y no puede utilizar su visión para adquirir ningún conocimiento, aunque la percepción de la luz pueda ayudarle para sus movimientos y orientación.

Baja visión. Los niños limitados en su visión de distancia, pero que pueden ver objetos a pocos centímetros constituyen otro subgrupo. La mayoría de estos niños podrán utilizar su visión para muchas actividades escolares, algunos pocos para leer y otros deberán complementar su aprendizaje visual con el táctil. Bajo ningún concepto se los debe llamar "ciegos".

Limitado visual. El término se refiere a los niños que de alguna manera están limitados en el uso de su visión. Pueden tener dificultad para ver materiales comunes para el aprendizaje sin contar con una iluminación especial o pueden no ver objetos a cierta distancia a menos que estén en movimiento. Puede ser también que deban usar lentes o lupas especiales para poder utilizar la visión que poseen. Los niños limitados visuales deben ser considerados como niños videntes para los fines educativos.

Agudeza visual. "Agudeza" se refiere a la medida clínica de la habilidad para discriminar claramente detalles finos en objetos o símbolos a una distancia determinada.

Impedimento visual. La palabra denota cualquier desviación clínica en la estructura o funcionamiento de los tejidos o partes del ojo. El impedimento puede ser en la parte central del ojo, la lente o el área que rodea a la mácula, en cuyo caso la persona podrá tener una muy buena visión periférica, pero tendrá dificultad para ver detalles finos. Por el contrario el impedimento puede localizarse en la estructura o células del área periférica causando lo que comúnmente se conoce como "visión tubular". La persona puede tener una visión central muy clara al enfocar en un punto determinado, pero no puede ver fuera de la zona central.

Percepción visual. Habilidad para interpretar lo que se ve; es decir, la habilidad para comprender y procesar toda la información recibida a través del sentido de la vista. La información que llega al ojo debe ser recibida en el cerebro, codificada y asociada con otras informaciones. Aun en casos de impedimentos o cuando la agudeza es pobre, el cerebro recibe impresiones visuales y puede interpretarlas con relativa exactitud. La percepción visual es un proceso decisivo que se relaciona más con la capacidad de aprendizaje del niño que con su condición visual.


A continuación, queremos informaros sobre el alfabeto en Braille.

La lectura en Braille no presenta excesiva dificultad respecto a la lectura en tinta. Los elementos básicos en el proceso de adquisición de la lectura son los mismos para ciegos y videntes.


La lectura mediante el tacto se realiza letra a letra y no a través del reconocimiento de las palabras completas, como sucede en tinta. Por ello se trata de una tarea lenta en un principio, que requiere de una gran concentración difícil de alcanzar a edades tempranas. La velocidad media de lectura de un ciego viene a ser de unas 100 palabras por minuto


Factores que intervienen en el proceso:

1) El estímulo personal por aprender.


2) El apoyo de los demás.


3) La edad en que se comience a aprender.


4) El grado de desarrollo del tacto.


5) La forma en que se lleve a cabo el aprendizaje.



Finalmente, en cuanto a su escritura podemos decir que es más rápida que la lectura y suele presentar menos dificultad. Un texto en Braille puede ser elaborado a mano y se precisa disponer de una pauta o de una regleta, de un punzón y de un papel, y por otro lado, la escritura a máquina que contiene 6 teclas, una para cada uno de los puntos del cajetín generador de Braille. También tiene un espaciador, una tecla para el retroceso y otra para el cambio de línea. Cada tecla debe pulsarse con un dedo determinado, de forma que la escritura se realiza con la máxima rapidez y el mínimo esfuerzo, procurando que la disposición de las manos sea lo más cómoda y eficiente posible.



lunes, 26 de marzo de 2012

Descubramos la necesidad socio-afectiva en nuestros alumnos

Es algo muy común considerar las necesidades especiales simplemente como dificultades o anormalidades en el desarrollo físico del niño, sin embargo, los niños con necesidades específicas de apoyo educativo pueden presentar dificultades de muy diverso tipo, como son muy frecuentes las sociales. En este apartado hablaremos de cómo la escuela atiende y puede atender a las necesidades socio-afectivas de sus alumnos.



¿CÓMO ATENDEMOS LAS NECESIDADES SOCIO-AFECTIVAS Y ESPECIALES DE NUESTROS ALUMNOS?

Descubramos la necesidad socio-afectiva en nuestros alumnos. La esencia del Ser es el afecto que recibe y ofrece. ¡Reflexionemos! ¡Nuestros alumnos de hoy serán los hombres del mañana! ¿Acaso hemos resuelto esa necesidad afectiva?        

           
En nuestra Escuela uno de los principios básicos radica en esa parte afectiva. Por eso la primera actividad a realizar con los nuevos alumnos es Conocer al niño que estamos recibiendo. A ellos les pedimos que hablen, que cuenten, que digan lo que saben. Propiciamos un ambiente familiar, de camaradería. Así, ganarnos su confianza, nuestra comunicación es libre y espontánea. Nuestros alumnos nos llaman por nuestros nombres. Esto permite a ambos que la expresión oral sea fuida y sin temor, y de esta manera nos conocemos mejor.

Una de las causas por las que los niños buscan la escuela es porque esta constituye el segundo lugar en el que los infantes quieren estar. Tal vez pudiéramos pensar todo lo contrario pero, al igual que en el hogar, preocupémonos porque así sea.

Ahí encuentran a los amigos con los que cada día desean estar para conversar sobre todo tipo de cuestiones infantiles, cantarle a la vida, saltar y muchas cosas más, que ni los adultos, - maestros y padres - pudiéramos imaginar.

Otra razón por la que los niños acuden gustosamente a la escuela, es por el área de juegos; ya que el jugar abarca un porcentaje muy elevado de su existencia infantil.

Los alumnos, por supuesto, no olvidan las clases y los temas de estudio en los que a diario realizan sus máximos esfuerzos para captarlos, hacerlos suyos y mejorar poco a poco su propia cultura. En el transcurso de sus actividades tienen la libertad de expresar libremente sus propios pensamientos, sus específicos sentimientos, sus propias ideas; externando sus muy peculiares modos de ver, sentir y actuar ante la vida. Y es aquí donde el diálogo constante es utilizado con la intención de comprobar todo lo que se realiza.

Todo esto es la parte “feliz” de las funciones de las escuelas.

Pero... ¿Qué sucede cuando a la sala de clases llega ese “chico tímido” que empieza a llorar sin que sepamos cuáles son las causas que provocan ese llanto desgarrador ?

¿Qué hacer con el niño que no termina el trabajo, motivo de su compromiso contraído con su grupo?
Y con aquél que se la pasa todo el día distraído, pensando en no sabemos qué cosas ?
¿Qué se hace con aquella pequeña que considera que lo más importante de la clase es molestar a sus compañeros?
No falta aquel alumno cuyo trabajo está carente de limpieza y organización y que pensamos que el esfuerzo realizado por él fue en vano. O los que, simple y sencillamente, se salen de la sala de clase por no estar interesados en el trabajo que se está realizando. 
Y así como estos ejemplos, encontramos muchos más, conformando una serie de interrogantes acerca de la actitud docente que debemos adoptar en cada caso particular. Ya que con sólo mencionarlos no satisfaría nuestro profesionalismo ¿qué es lo que debemos estructurar para que sientan el apoyo indispensable y se pueda lograr que ese tipo de conductas vaya mejorando, aunque sea con lentitud?.
 LA POSTURA DE LA ESCUELA ANTE ESTOS CASOS
Debemos admitir, conscientemente, que en todas las escuelas se presentan una gran diversidad de problemas como: falta de autoestima, agresividad en el uso del lenguaje, lesiones cerebrales, autismo; los cuales, deben ser tratados por especialistas. Cada escuela tiene la obligación de participar, hasta donde el límite de sus funciones se lo permitan, en la programación de actividades que se encarguen de atender, específicamente, a cada uno de los problemas enunciados, con la finalidad de darles una solución adecuada. No es correcto que, por padecerlas, se les cierren las puertas de la institución, sin antes desplegar el esfuerzo necesario para lograr su integración a la vida escolar. 
La postura de toda escuela siempre debe ser la de crear un ambiente de respeto, de tolerancia y de alegría, con el apoyo indiscutible de la libertad de expresión, con la intención de que, con base en ella, los niños se desinhiban.
Por otra parte, es interesante darle confianza a los alumnos para que sea éste un paso firme en su integración, que se sientan felices y cómodos y que, consecuentemente, experimenten una aceptación plena en su nuevo espacio vital.
ALGUNAS PROPUESTAS CONCRETAS
Hay que darle todo el valor que la libertad de expresión tiene, al considerarla como una actitud indispensable dentro del trabajo escolar, ya que permite a los alumnos ir estructurando las bases de su propia personalidad.
Este criterio sobre la libertad enunciada incluye el respeto a cada una de las individualidades que tenemos bajo nuestra responsabilidad y, como tal, apoya el ingreso a la escuela de los niños con características especiales, que, por ser poseedores de las mismas, han sido rechazados de otras instituciones.
El solo hecho de integrar a uno de los niños, o a algunos, en las aulas escolares, nos da a entender que, además de efectuar las actividades docentes con tendencias socializadoras, debemos encauzar nuestro esfuerzo en la atención individualizada para estar en condiciones de poder hacer sentir a los niños su verdadera valía como seres humanos.
Se deberán aprovechar las potencialidades de cada alumno y, como escuela activa, debemos tener siempre presente que los niños avanzan a su propio ritmo, que no podemos ni debemos limitar a nadie acerca del trabajo que puede realizar cada individuo en cuanto a sus capacidades personales..
Evitaremos, en todo lo posible, etiquetar a un alumno como “niño problema” ya que, si no lo hiciéramos así, estaríamos incurriendo en una actitud propia de ignorantes de los principios básicos de la educación, como lo es el tomar en cuenta las diferencias individuales que los caracterizan. Por tanto, debemos valorar y respetar sus necesidades, permitirles que se integren y que participen activamente en su formación. Con esto queremos afirmar, que los niños deben tener la oportunidad de indicarnos sus necesidades primordiales para que logren, paso a paso, conocer y aceptar conscientemente sus propias debilidades.

Nadie me conoce en absoluto
Cuando yo era nińo sonreía a todo el mundo, nadie me conoce en absoluto
Muy tarde en la noche y en la luz de la mańana, nadie me conoce en absoluto
Ahora tengo muchos amigos, sí, pero de nuevo, nadie me conoce en absoluto
Hijos y una esposa, es una vida hermosa, nadie me conoce en absoluto
Y oh, cuando las luces están bajas
Oh con alguien que no sabe
No me importa un carajo, yo soy feliz como una lombriz, nadie me conoce en absoluto
Ah, żqué puede hacer? No hay nadie como tú. Nadie me conoce en absoluto
Sé cómo te sientes, no hay secretos para revelar, nadie me conoce en absoluto
Muy tarde en la noche y en la luz de la mańana, nadie me conoce en absoluto
Nadie me conoce, nadie me conoce, nadie me conoce en absoluto