Para poder empezar a reflexionar sobre la inclusión educativa, primero tenemos que saber que significa ese término. Para nosotras, la inclusión educativa significa igualdad de oportunidades para todos y cada uno de los alumnos, creemos que todos los niños se merecen recibir una educación de calidad, que sea capaz de satisfacer las necesidades básicas de su aprendizaje y de enriquecer su vida, es decir, que sea capaz de desarrollar todo el potencial que guarda cada persona en su interior.
Estas características, que pensamos que debe tener la inclusión, las vemos reflejadas en la película Seabiscuit. Ahora bien ¿qué tiene que ver una película de carreras de caballos con la inclusión? En nuestra opinión, la historia de este película la podemos comparar con la educación inclusiva: tenemos unos padres (los dueños del caballo), un maestro (el entrenador), un alumno (el jockey) y por último un medio para educar (el caballo). A continuación explicaremos a que se debe esta comparación:
El entrenador, en vez de concentrarse en los defectos que puedan tener los caballos o jockeys, se fija en las posibilidades o potenciales que puedan tener, un ejemplo de ello es: en la escena en que el dueño del caballo va una noche a hablar con él y le pregunta que ¿por qué se ha quedado con un caballo con la pata rota, que no sirve de nada? y el entrenador contesta: “No se tira una vida por la borda porque esté un poco magullada”. El entrenador en la película es el encargado de desarrollar los potenciales tanto del jockey como del caballo (a través del jockey), por eso lo comparo con el maestro. El maestro, para poder lograr la inclusión educativa, es necesario que crea que todos y cada uno de sus alumnos tienen derecho a tener igualdad de oportunidades, que crea que aunque estén un poco “magullados”, su vida tiene sentido y que él tiene que ayudarles a encontrar ese sentido, que piense que tienen algo que aportar a este mundo. Además tiene que ser el encargado de dar a los alumnos los medios que más se adapten a sus características para conseguir su pleno desarrollo.
Los dueños del caballo, al principio, no estaban muy convencidos de la afirmación de su entrenador, poco a poco se van dando cuenta que sí que son capaces de hacer cosas grandes, es más, en una escena de la película son ellos los que tienen que convencer al entrenador de que el jockey, pese a estar ciego de un ojo, es capaz de ganar carreras, utilizando la misma frase que en su día le dijo el entrenador al dueño: “No se tira una vida por la borda porque esté un poco magullada”. Además, el dueño es el que apoya en todo momento a su “equipo”, es el que les enseña que no hay que tener miedo, que hay que confiar en los potenciales de cada uno a pesar de las carencias que tengan, un ejemplo de esto lo podemos observar en esta frase: “No sé de que tiene miedo, nuestro caballo es pequeño, nuestro jockey es alto, nuestro entrenador es viejo y yo no sé que es un caballo”. Para que se pueda producir una inclusión educativa es necesario que los padres sean como estos dueños, que tengan fe y esperanza y que sean ayudados por los maestros para que se den cuenta de las posibilidades de sus hijos y que les enseñen a mirarlos como una persona que puede hacer… y no como una persona que no puede hacer… o que tiene….
El jockey, es un personaje que la vida no ha parado de darle palos, es un jockey diferente a los demás, que poco a poco va perdiendo la esperanza e ilusión por convertirse en un ganador. Con ayuda del entrenador, de los dueños y sobretodo de Seabiscuit consigue darse cuenta de las posibilidades que tiene y de que es capaz de hacer grandes cosas, lo que hace posible que cuando se lesiona de una pierna, tenga la esperanza de volver a correr y haga todo lo posible por conseguirlo. Le comparamos con un alumno porque, aunque todos los personajes aprenden a valorar las capacidades de los demás, es el que consigue un mayor desarrollo de sus capacidades, consigue pese a estar ciego de un ojo, de ser más alto que el resto y de romperse una pierna, ser un gran jockey. Podría decirse que a lo largo de la película se produce una inclusión, el jockey termina siendo tratado como un igual, como un jockey más (sin fijarse en sus “defectos”), todo ello lo consigue al tener unos “padres” que confían en él y le ayudan en todo lo que pueden, un “maestro” que tiene fe en él y que le ayuda a descubrir sus puntos fuertes y a dejar de un lado sus puntos débiles y a través de un “medio-caballo” con el que se crea un vínculo muy fuerte debido a su gran compatibilidad.
El caballo, pese a ser diferente a los demás caballos, cree que es igual que ellos y consigue que los demás le vean como un caballo de carreras “perfecto”, consigue que su tamaño no sea lo más importante a destacar de él, es un caballo que como dice una frase de la película: “A veces cuando alguien pequeño no sabe que es pequeño puede hacer grandes cosas”. Al caballo, lo comparamos con un medio para educar, porque es el que de verdad ayuda al jockey a confiar en sí mismo y creer en sus posibilidades. En la película parece que todos son los que ayudan al caballo, pero como dice el jockey: “Todo el mundo piensa que nosotros encontramos este caballo destrozado y Conseguimos curarle, pero no fue así, él nos curó a nosotros, a todos nosotros; y supongo que en cierto modo, también nos curamos el uno al otro”. El entrenador fue capaz de darse cuenta de la gran compatibilidad del jockey con este caballo y supo que sacaría un mayor rendimiento de los dos al unirles. El maestro debe ser capaz de observar cual es el medio o instrumento que cada alumno necesita para desarrollar plenamente sus potenciales. Debe ser capaz de diferenciar que medio puede ser más útil para conseguir un aprendizaje significativo en todas las dimensiones de cada uno de los alumnos.
Para concluir esta reflexión, nos gustaría hacer hincapié en que, para conseguir una verdadera inclusión educativa, es necesario creer en la igualdad de oportunidades, en que todos los niños tienen un potencial que hay que desarrollar a través de los medios que mejor se adapten a cada uno, que todas las personas somos diferentes y que podemos aprender de esas diferencias, es decir, hay que ver las diferencias como una oportunidad de aprender, no como un problema. Todas estas creencias hay que transmitírselas tanto a los padres como a los alumnos para que vean la normalidad en la diferencia. Para conseguirlo, solo es necesario creer que “NO SE TIRA UNA VIDA POR LA BORDA PORQUE ESTÉ UN POCO MAGULLADA",al igual que los personajes de esta gran película.