La escuela es el lugar en el que se inicia la convivencia con los iguales, la conducta social de los niños comienza a desarrollarse y comienzan a surgir los primeros conflictos. Por ello vemos necesario que desde estos primeros momentos de socialización se comiencen a enseñar los principios que deben regir nuestra conducta, y nuestra convivencia con los demás, los DD.HH.
En nuestra vida diaria, en la escuela, en la calle, en cualquier medio de comunicación, nos encontramos con sucesos trágicos causados por la violencia, abusos, faltas de respeto, discriminación, racismo, conflictos causados por el egoísmo, muertes, atentados, abandonos de bebés en lugares insospechados, etc. Esto nos debería hacer reflexionar sobre qué podemos mejorar, o qué podemos hacer desde la escuela para mejorar y, como consecuencia, conseguir un mundo mejor en el que vivir.
La mejor estrategia para que se cumplan y no se violen es darlos a conocer y promover su práctica.. De esta misión se debe de encargar la Educación ya que es un proceso global que abarca cuatro pilares fundamentales para el desarrollo holístico de la persona según Jacques Delors (1996, p. 53): “aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir con los demás.”
Los DD.HH nos dan principios para convivir respetando la dignidad del otro, de ahí su relación con este pilar. Para Delors (1996, p. 53) este pilar supone: “desarrollar la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia, realizar proyectos comunes y prepararse para tratar los conflictos, respetando los valores de pluralismo, comprensión mutua y paz.” (p. 53).
Por tanto la Educación debe asumir la tarea de dar a conocer y de promover la práctica de los DD.HH. en la vida cotidiana y traducirlos en conductas y actitudes para conseguir que la sociedad se comprometa con la promoción de los DD.HH., ya que estos afectan en las relaciones con los demás y en cómo se encamine su vida (Llopis, 2003). Y esta tarea se debe llevar a cabo desde el inicio del proceso de socialización fuera de la familia, es decir, desde la escuela.
Como afirma el artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948):
"La Educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos y religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz".
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