jueves, 10 de mayo de 2012

PARA LA INCLUSIÓN... RESPETO

El respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.

El respeto permite que la sociedad viva en paz, en una sana convivencia en base a normas e instituciones. Implica reconocer en sí y en los demás los derechos y las obligaciones, por eso suele sintetizarse en la frase “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

Para nosotras el respeto es el aceptar las diferencias del otro y aceptarle a él tal y como es, sin que esas diferencias  sean utilizadas como objeto de burla o como excusa para no estar con esa persona. El respeto es la posibilidad de aceptar tus defectos y tus virtudes sin poner en tela de juicio lo que ves en los demás, porque jamás obtendrás de otros lo que no eres capaz de darte tu mismo, ya que en la medida que lo logres serás capaz de otorgarlo a los demás; es el reconocimiento del valor inherente y de los derechos innatos de los individuos y de la sociedad.



Creemos que la mejor forma que tiene una maestra de inculcar el valor del respeto a sus alumnos es demostrándoles respeto. Los niños aprenden a respetar a otras personas cuando se les trata con respeto. La crítica constante de un niño, comentarios negativos sobre él y la falta de elogios que celebran sus logros pueden causar que el niño les falte el respeto a otras personas. 

Además la maestra debe ayudar a los niños a que se conozcan a sí mismos y conozcan a los demás advirtiendo las diferencias que existan y aceptándolas como una característica que hace a la persona tal y como es. Y haciéndoles ver que todo lo que puedan hacerles daño a ellos mismos a los demás también les pueden dañar y por lo tanto no se les debe hacer. Por tanto si hay algún niño con discapacidad en el aula se les ayudará a los niños a que lo respeten porque es un niño como ellos y solamente por eso se merece que le acepten y que tengan en cuenta más sus virtudes que sus defectos o sus diferencias, aunque también se les puede enseñar que de las diferencias que tiene su compañero se puede aprender. Y eso es lo bonito de las diferencias y de saber respetarlas y aceptarlas que podemos aprender cosas que nunca nos hubiéramos imaginado que aprenderíamos. 

Y como ocurría con el valor del respeto, para que los alumnos se respeten los unos a los otros y más a los niños con alguna discapacidad, el punto de partida es que la maestra lo acepte y sepa valorar las virtudes que tiene y puede aportar.


Y esto es todo por ahora sobre el respeto.

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